NO AGUANTA LA PRESIÓN Y DIMITE DE BR SALUD
Su nombre vuelve a
estar asociado al escándalo tras conocerse su vinculación con una empresa que
gestionará una multimillonaria cifra por el servicio público de análisis
clínicos, el mismo que él privatizó cuando era consejero de Sanidad del
gobierno de Esperanza Aguirre. Su dimisión, en marzo de 2010, coincidió con el
trasplante al que fue sometido su suegro, el popular’ Carlos Fabra, en el
Hospital 12 de Octubre, un caso que también despertó mucha polémica por
un supuesto
trato de favor.
Juan José Güemes siempre ha sabido hacer negocio, fuera de la vida
política pero a costa de la vida pública. Con su primera mujer se lucró del
ladrillo, su suegro era un afamado empresario de la construcción y, casado en
segundas nupcias con una ‘Fabra’, se le relacionó con la trama de
corrupción Gürtel. Su esposa actual es Andrea Fabra, la diputada nacional
del PP que gritó
“¡que se jodan!” desde su escaño en el Congreso, mientras Mariano
Rajoy anunciaba el recorte de prestación a los parados.
La dimisión de Güemes, en marzo de 2010, coincidió con el trasplante de
hígado al que fue sometido su suegro, el ‘popular’ Carlos Fabra, en el
Hospital 12 de Octubre de Madrid que dejó también muchos interrogantes sin
resolver por un supuesto trato de favor.
Y es que, el que fuera presidente de la Diputación de Castellón (imputado
por varios casos de corrupción), fue intervenido por el doctor Enrique
Moreno, Premio Príncipe de Asturias y eminentísimo cirujano afín a Aguirre, por
lo que no fue casual tampoco que el Ejecutivo regional (con Güemes de consejero
de Sanidad) aprobará un decreto 'ad hoc' que posibilitó a este facultativo
seguir ejerciendo pese a estar jubilado tal y como se reveló también en estas
mismas páginas.
Güemes no gozó de buena prensa como consejero de Sanidad. No fueron pocos
los colectivos que le tacharon de “incompetente” y hasta de “dañino” para la
sanidad pública madrileña por sus ansias de privatización que ilustró con
perlas como “una oportunidad de negocio”.
Güemes, niño mimado de Aguirre, salió del Gobierno sin que hasta ahora se
hayan conocido las verdaderas razones de la estampida. Pero antes dejó
atados varios cabos, como la apertura en 2009 del Laboratorio Central. El
centro, ubicado en el Hospital Infanta Sofía, supuso la privatización de los
análisis clínicos en Madrid, un servicio que da cobertura a seis hospitales
(Infanta Cristina, Infanta Sofía, Infanta Leonor, Sureste, Henares y Hospital
del Tajo) y atiende a una población de 1.200.000 ciudadanos, lo que se
traduce en 120 millones de euros por el tiempo que dura el contrato (8 años).
El Laboratorio Central ha sido gestionado por BR Salud, compuesta por
el grupo Balagué y Ribera Salud (Bankia y De La Rosa). Pues bien,
según reveló este viernes la Cadena Ser, Güemes ha sido contratado por la
empresa Unilabs España, que ha adquirido por 5 millones de euros la
adjudicación de los análisis clínicos en manos de BR Salud, el grupo que hasta
ahora gestionaba el Laboratorio Central que creó el consejero.
La operación también responde a la necesidad de ir desmantelando
progresivamente los negocios a los que están asociados los bancos
nacionalizados en España (rescatados con dinero público), como es el caso de
Bankia y la empresa Ribera Salud, con graves problemas de solvencia y que,
desde hace tiempo, pretende desprenderse de parte de sus centros sanitarios
para ‘hacer caja’.
Pero el negocio no cambia de
manos (dirigentes del PP) tan solo de siglas con la ayuda de otras empresas
interpuestas.
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